El hidrógeno es un elemento fundamental en el universo de
Exo. Se utiliza como combustible en muchos motores y, en especial en los
motores de las naves espaciales. Casi todas utilizan cadenas de motores de
fusión en las que el hidrógeno es el elemento primario que se va
fusionando y ganando peso. Algunas
naciones, como la RFP, utilizan además motores de fisión creando una especie de
ciclo redundante que hace que el rendimiento de sus motores sea elevado. En
general, el rendimiento de los motores no es un problema en Exo, fue uno de los
primeros problemas tecnológicos que se resolvieron.
El otro día estuve pensando (perdiendo el tiempo que diría
mi yo editor) sobre la forma en la que la sociedad de Exo gestionaba la
obtención de este elemento. Mi primer pensamiento fue para el agua. De ella se
podía extraer hidrógeno y oxígeno y ambos elementos son necesarios en una nave
espacial. Sin embargo, el agua, por sí misma, es también un elemento valioso y
en una galaxia llena de espacio vacío y planetas rocosos fuera de las zonas de
habitabilidad, no puede explotarse el agua de forma indiscriminada para dar de
comer a las naves espaciales. Eso sí, me imaginé sistemas de emergencia
mediante hidrólisis para tener combustible de reserva en las naves espaciales.
¡Que nos hemos quedado sin fuel! Habrá que sacrificar la reserva de agua…
Mi segunda idea fueron las nebulosas formadas por nubes de
hidrógeno (algunas, como mis jugadores saben, tienen cosas raras dentro). Me imaginé
pequeñas naves recolectoras que navegaban por esos difíciles entornos donde no
te puedes fiar de los instrumentos y donde las tormentas son letales. De hecho,
en mi cabeza me imaginaba esas naves pequeñas con grandes colectores oxidados
en el morro y con motores de un cilindro (pop, pop, pop). Esto último no puede
ser, pero quién le dice algo a una cabeza desbocada.
Mi tercer pensamiento fue la ciudad de las nubes de Lando Calrissian.
¿Y si la famosa ciudad minera fuera, en realidad, un colector de hidrógeno que
recogiera y refinara combustible para naves espaciales? Es cierto que en mi
mente la ciudad orbitaba un gigante de gas y de la parte inferior colgaban los
colectores sujetos a cadenas de monómeros irrompibles. La dificultad estribaba
en que había que acertar en los ojos de los huracanes o en las zonas de remanso
entre las corrientes porque si no la velocidad del viento destruiría la
maquinaria. De hecho, los mineros tendrían más de expertos jugadores de billar
(o pel·les) que de los rudos prospectores de las películas. La actividad sería
frenética, estudiando la meteorología del gigante y lanzando los colectores a
los puntos exactos con un ojo en el altímetro (para que no reviente por la
presión) y otro en el anemómetro (para que no lo arrastre la corriente). Y si
cada colector fuera de una empresa minera (o una cooperativa de mineros) y sus
relaciones fueran poco amistosas. Una especie de entorno lleno intereses
ocultos, corrupción, rencillas, favores especiales en torno a la extracción de
combustible (¿de qué me sonará esto?)
Y cómo ya me había venido un poco arriba, pensé, ¿y por qué
no irían a la fuente primaria de hidrógeno de la galaxia? ¡A las estrellas! La
plataforma sería similar en distribución a las de los gigantes de gas, pero con
unos escudos térmicos cerámicos de impresión en su parte inferior (¿quizás
parte de un planeta?) y con los colectores fabricados en extrañas aleaciones
capaces de resistir altas temperaturas (hijos derivados del titanio, supongo).
Ni con toda la tecnología de Exo podrían meter la cuchara en el sol y sorber su
sopa de hidrógenos. No, los prospectores solares estarían cerca, pero no en el
sol y estarían a la caza y capturas de las eyecciones de la masa coronal, esas
explosiones que lanzan al espacio electrones y protones como para matar mundos,
acompañados de hidrógeno, helio y algún que otro material pesado. Los
navegantes estudiarían la magnetosfera de la estrella intentando averiguar
dónde se iban a producir las explosiones, mandarían para allá la plataforma y
los prospectores intentarían lanzar sus colectores con precisión para
interceptar la llamarada prevista. ¿Confiarían en las predicciones y en su instinto
en su instinto cargado de supersticiones? «Aún no. Espera un poco, que no me
pica la nariz» ¿Y cómo sería la gente que poblaría esas embarcaciones que deben
gastar gran parte de lo que recolecta para mantener a flote (en órbita) el
barco? ¿En qué te conviertes cuando sabes que cualquier error te manda al
infierno? Me los imagino como los nativo-americanos que, supuestamente, carecían
de vértigo y por eso los contrataban para levantar las estructuras de los
rascacielos, pero que yo siempre he visto como personas que no podían permitirse
el lujo de rechazar ese trabajo. Los prospectores solares quizás sean admirados
como unos valientes por los ciudadanos de Exo, pero como diría uno de ellos,
más quema el hambre.
Tras mi viaje mental hacia la minería del hidrógeno me dije:
bueno, aquí hay un buen par de lugares donde ambientar un relato o una
historia. ¿Se os ocurre alguno más?
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