11/10/19

[Marca] El mal de Sereg

La arremetida inicial de los gorgath durante el Emorthaë (la Gran Matanza) fue detenida por los kahudrain o moradores de las montañas que, en aquella época, se les conocía como seregdo (hijos o, más bien, herederos de Sereg). La envergadura y fortaleza de las gárgolas fue compensada por las prietas filas de esta raza de mediano tamaño y fuertes cuerpos. Una tras otra las acometidas chocaban contra un muro y se disolvían como el mar contra los acantilados.


Castle Bloody Souterrain de C Michael Hogan para geograph.org.uk - CC BY-SA 2.0

Nadie duda de la gesta de los seregdo aquel aciago día, pero si pudieron mantener sus formaciones de batalla fue gracias a que sus vecinos mantuvieron las distancias y no hicieron ningún intento de atacarles. Los hombres del bosque (más tarde conocidos como los hombres oscuros por su traición), los hombres del sur, los hombres negros (diezmados por las criaturas de Gurth a través de los cuales les atacaron) y los dudaedos (o herederos de Dudae). Los kahudrain guardaron amistad con todos esos pueblos muchos años y fueron el destino de una de las mayores creaciones de los seregdo de los tiempos antiguos.

En esta primera batalla contra los gorgath se reveló el Mal de Sereg, el motivo por el que sus criaturas habían sido descartadas por Dôr y es que odiaban a los gorgath mucho antes de que estos les atacaran. Sus cuerpos vibraban por la ira y perdían la cabeza cada vez que una de esas criaturas se acercaba. La sangre de ambas razas hervía cuando entraba en contacto y cuando las gárgolas por fin se retiraron y cesaron en su ataque, la tierra estaba empapada de la sangre de ambos y parecía como si el suelo mismo se estuviera disolviendo a sus pies.

Esta no fue la única vez que kahudrain y gorgath se enfrentarían lo largo de la historia, el último de los encuentros ocurriría en las montañas de la Frontera como se narra en La Guerra del Retorno, pero esa historia se cuenta en otra parte…

2/10/19

[Marca] El Emorthaë


Cuentan que cuando todos los elweas hubieron concluido su trabajo y Marca se hubo formado, agruparon a sus hijos en una gran llanura cuyo nombre se ha perdido y allí Dôr, el que era primero entre todos, las juzgó, una a una, caminando entre ellas, preguntándoles y observando sus temerosos ojos ante su sola presencia. El sol se alzó y se ocultó en varias ocasiones pues tan grande era el número de los allí reunidos. Y Él no encontró digna a ninguna y si aquello fue por falta de los juzgados o por envidia del Primero, nada se sabe. Volviendo con sus iguales, Dôr decretó que ninguna era merecedora del regalo de los elweas y que solo aquella que sobreviviera heredaría Marca. Esa fue su decisión que, más tarde, se conocería como el Decreto de Dôr, y los otros elweas se horrorizaron, excepto Gurth, que era el segundo entre los iguales, y siempre supo que esa sería la decisión. Fueron sus criaturas, los gorgath, las primeras en atacar, pero los enfrentamientos se extendieron por toda la llanura con la velocidad de un rumor malicioso.

A esa gran batalla se la conoce con el nombre del Emorthaë que a veces se la traduce como “Gran Matanza”, pero la lengua de los efaina es pobre para reflejar el verdadero significado de esa palabra.

Los efaina, los hombres, al igual que muchas otras razas, adoptaron el Emorthaë como el primer día de su calendario; sin embargo, reiniciaron la cuenta en dos ocasiones: la primera cuando Dôr fue vencido, la segunda cuando lo fue Gurth.

El final de ese segundo reinicio se narra en La Guerra del Retorno, pero esa historia se cuenta en otra parte...