¡El D&D es marxista!
Aquellos que me conocen saben que procedo de familia
relacionada con el teatro y que unas de mis comparaciones del rol favoritas es
con este arte; «es teatro en mesa»
suelo decir ante la mirada atónita de otros roleros. Estos días estoy leyendo
un libro sobre teatro, sobre cómo escribirlo. No tengo intención de escribir
una obra de teatro (aunque tengo una escrita), pero el libro, La Escritura Dramática, es
también muy recomendable para la escritura de narrativa y, estoy (re)descubriendo,
para el rol. Hay diferencias, claro, pero es interesante leerlo también con el
rol en mente.
En uno de los apartados, el autor (José Luis Alonso de Santos) hace una
clasificación de los personajes de la novela en función de su relación con la
acción, no la importancia de cada uno de ellos respecto a la acción (lo que
serían PJ y PNJ), sino la de todos respecto a esta. Por acción se refiere a lo
que ocurre en el escenario, lo que los roleros llamaríamos la trama de la
aventura, pero él reserva la palabra trama para otra cosa. Mientras leía las categorías, las iba asociando a juegos de rol, sin entrar a pulir detalles, a vuelapluma.
Habla del teatro clásico y las doctrinas aristotélicas donde los personajes están subordinados a los acontecimientos, hasta el punto de que algunos actores no
tenían la posibilidad ni los medios de oponerse a designios divinos o al
destino. Pone como referencia a Bentley. A mí me ha recordado a juegos donde la narración está por encima de
los personajes y lo que sucede es quizás más importante que a quién le sucede.
Estoy pensando en First Contact, Powered by the Apocalipsis (el original), Ars Magica o Z Corps. Hay una historia que está por encima de los personajes (la
mascarada, la infección zombie, la invasión alienígena, etc.) y los personajes
viven en ella, pero sus posibilidades de afectarla son pocas.
Luego está el extremo opuesto, el cartesiano, donde los personajes son más
importantes que la acción (que a veces no existe). Habla de la tragedia francesa del siglo XVII (de la que no
recuerdo haber leído nada), pero la descripción me ha recordado mucho a Escuadra
hacia la Muerte (de Sastre) y a otros existencialistas. Él también menciona a Racine y a Zola. En juegos de rol
hablaríamos de Vampiro con su Angustia Interna™ (al menos en sus inicios) o de juegos
como Vuelta al Hogar, Niños del Ocaso y quizás Monsterhead o Fragil. En estos
juegos, el desarrollo del personaje es un fundamento del juego.
Otra categoría que añade es aquellas obras de teatro en las
que la acción y los personajes se mueven a la par y que una no se puede
entender sin la otra, de hecho, el personaje es necesario para la acción. Los llama actantes y habla de Propp y Greimas como precursores de su estudio. Creo que algunas obras de Shakespeare o del teatro cómico tipo Jardiel
Poncela encajarían bien aquí. Creo que un gran ejemplo de esta categoría seria Savage
Worlds o Comandos o Exo, pero hay muchos en los que la acción y el personaje
van de la mano.
Y la última categoría,
que el autor llama «marxista», es
aquella en la que los personajes son representativos, arquetipos de clases sociales (agricultor, político, labrador) que interpretan la acción desde una clave histórica o social. Pone de ejemplo a Bertolt Brecht (aunque yo creo que él se definía como dialéctico, no como marxista) o a Piscator. Según he leído esta
categoría, he pensado, clases como guerrero, mago, ladrón. «¡El D&D es marxista!» Lo que quizás
explique su éxito intemporal.
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