En el pasado Golem Fest, un festival de literatura que se
celebró en Valencia, le dieron un premio honorífico a Pilar Pedraza. La cosa
quedó un poco rara porque se lo dio su propia agente literaria que, además, era
la organizadora del festival. La autora se merecía el premio y más, pero quedó
un poco deslucido por tanta endogamia. En la presentación que Emilio Bueso hizo
de ella dijo, más o menos, que era una de esas autoras que ya era una autora
consagrada antes de que estuviera de moda (yo hubiera dicho antes de que fuera
comercial) publicar autoras. También habló de lo injusto que estábamos siendo
con esas autoras. Hoy quiero resolver mi propia injusticia.
Mi primera autora de referencia es Ursula K. LeGuin que siempre me ha parecido una escritora
formidable. Debo confesar que me gusta más la autora del principio, la de los Desposeídos o Terramar, que la del final. Sus últimos libros me parecieron una
repetición de El Nombre del Mundo es
Bosque con esa insistencia en la ecología y en lo malo que somos con ella.
Aun así, es una autora que siempre recomiendo.