No recuerdo cuando empezó mi afición a leer, pero sí sé que
empecé leyendo teatro y literatura juvenil. Lo primero por culpa de mi abuelo
(en realidad de mi padre que se quedó con algunos de sus libros) que trabajaba
en el teatro y tenía copia de las obras en la que había participado (y alguna
más); eran comedias de Jardiel Poncela y Alfonso Paso en su mayoría. Lo segundo
gracias a mi padre y a mi madre que se subscribieron a una colección de
literatura juvenil donde descubrí a Asimov, a Verne, a Wells, a Lem, a Capek y
a otros tantos otros.
Sí sé, sin embargo, cuando me enamoré de la literatura (que
más tarde se convertiría en el impulso de escribir). Nació en las clases de
lengua y literatura de 1º de bachillerato (en el instituto de Móstoles al que
iba en aquella época) de la mano de un profesor que se llamaba D. José (y si
alguna vez supe el apellido, lo olvidé para mi vergüenza). Este hombre hizo dos
cosas: recomendarnos un libro y leernos fragmentos de otros. Además de los
ladrillos que obligaban a leer aquellos días (y no estoy diciendo que el
Quijote, cuyo autor homenajeamos hoy, no sea una lectura interesante, lo que
digo es que no es una lectura para esas edades), nos sugirió un título, de
forma más o menos personalizada, a cada alumno. A mí me recomendó «Sexta
Galería» de Martín Vigil. No empecé el libro con muchas esperanzas, pero lo acabé
pensando: «¡Ah!, ¿pero esto se podía hacer
en los libros?». No he vuelto a leer esa novela. Sospecho que si la leyera
ahora me desilusionaría y le vería cosas que antes me pasaron desapercibidas,
pero la forma de contar varias historias dentro de historias y los diferentes
personajes unidos en la misma tragedia me enamoro.
De las lecturas de Don José, que hacía en los últimos diez
minutos de la clase, no siempre, recuerdo los fragmentos de los Episodios
Nacionales de Pérez Galdós; el sitio de Zaragoza o la batalla de Trafalgar aún
me producen escalofríos a la hora de recordarlo. Don José era un profesor duro.
Había que estudiar bastante para aprobar su asignatura, pero sabía contagiar el
amor por la literatura y era capaz de leer en voz alta y entonar como nadie.
En este Día del Libro me gusta comentar los libros que acabo
de terminar o empezar. Como sabéis, tengo la manía de leerme varios libros a la
vez, pero estoy intentando moderarme. Acabo de terminar Mitología de Nueva York, el libro propuesto por el club de lectura
al que pertenezco (y que no me ha gustado mucho) y estoy leyendo Carbono Alterado de Richard Morgan (lo
acabo de empezar en el ebook así que no puedo decir mucho de él). También he
empezado en papel la Saga de Hongara
de A. Thorkent (este autor me encanta, pero voy despacio porque la portada me
da cierto repelús) y Firefight de
Sanderson (que no ha conseguido engancharme). Fuera de la literatura estoy leyendo otros
libros: Hexplora! (un libro sobre
creación de sandbox) y Never Unprepared (que es una guía de Vecchione sobre la
preparación de partidas que me han prestado y que, al estar en inglés, me
cuesta un poco más, pero me está gustado).
¿Y vosotros, qué estáis leyendo?
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