19/6/15

Mi trabajo

Mi nombre es Juan Olezero, pero eso no les ayudará mucho. Soy un indagador, un esquiriente, alguien que busca la solución y aunque pueda parecer apasionante, mi trabajo se reduce a divorcios, fraudes a seguros, impagos, excepto en el caso Martín que seguro recordarán. Aquella muchacha semidesnuda que corría por ese barrio donde las viviendas se ocultan tras muros y enormes jardines arbolados y donde las calles nunca son rectas por simple capricho constructivo. Allí la interceptaron dos muchachos de la seguridad privada, por casualidad, y después de tranquilizarla, descubrieron de dónde venía: la mansión de los Martín, un enorme chalet de dos alas, una entrada bajo palio, dos alturas y un cadáver en el dormitorio principal, golpeado con saña, con método, sin piedad.

El asesino fue un antiguo novio de la chica desnuda. El pobre muchacho, enajenado por los celos y tras descubrir que su antigua compañera alternaba con ancianos, se dejó llevar por su rabia. Es posible que ahora me odien por haberles desvelado el misterio, como si hubiéramos ido a leer la última página del libro. Las historias de investigaciones deben ocultar estos datos hasta el final, para mantener la incertidumbre, el suspense y, en definitiva al lector, pero si siguen leyendo mis palabras les contaré cómo consiguió la policía encontrar al culpable.